Misteriosa, sigilosa...
por la vida como un murmullo vas.
Silenciosa y tranquila
en todos lados me esperas.
Las personas te conocen,
porque siempre te ven actuar;
más por dentro desconocen
lo que sos en realidad.
Con paciencia inaudita
ahí estás una vez más,
y te veo y te siento
pero aún no te mostras.
Tu secreto codiciado
todos un día conoceran,
pero es muy fuerte el pacto:
ellos nunca contarán.
Prisionero de recuerdos
que al llegar ya nada son,
puedo contar con muchos
pero ahí soy solo yo.
Y cuando vea tu rostro,
cuando te conozca por fín,
suspiraré fuertemente
y dejaré el aire salir,
para marcharme contigo...
Mujer eterna y febril.