Piel vistiendo tu mano,
hasta el brazo en escotadura.
Cuello y hombros, sopla la prisa.
Piel entretejida en seda.
Respiro de poros
en la costura.
Caricia.
Despliego roces
en toda tu estatura.
Tu reino,
tu reino adosado
a tu espalda.
Senda de señal por tu boca.
Aliento del durazno
en su altura.
Exhuma linfa ardorosa.
Clamor de abeja hembra.
Enjambre dulce de vena
presagian batalla los emblemas.
Oteo de águila
a tus altas cúspides gemelas.
Salpicón de espuma.
Burbuja por tus labios.
Explosión en tu carne,
espasmo en mí anatomía.
Grifo entre las piernas
satisface mi sed desértica.
Te consumes en mi hambre.
A ti te ofrezco mi alimento.
Salvaje dieta, camina a la arena,
sangre y carne de sustento,
Dentellada hasta los huesos
mujer de mi parapeto,
gime mi garganta por tu nombre.
Entre mis cuerdas vocales
se instala un calambre.
Te condecoro de banderas,
origen de mi tierra imborrable.
Te habito de honores y
laureles que no se esconden
¡Ah!..
Si encontrara tu boca
entre el fuego encendido y
tu piel entre los escombros ardiendo.
La fuerte marea me daría al vértigo explosivo
para amarte,
frotándonos la piel sobre la roca.
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