¡Ah, cuando la miro...
Quiero ser las dos niñas de sus ojos,
la pupila encendida de su mirada
quiero que ella, mi amada
acaricie mis despojos
Quiero el dulce penetrar de su voz en mis oídos,
que se colme de música mi alma,
que su viva imagen con lozanía en mi guarde
lo más hermoso de los tiempos idos.
Ella es quien da vida a mis piernas
corre por mis venas y da pan a mi risa.
Es como pura y sutil brisa
que acuna el corazón de las rosas paradas.
¡Ah! Cuando la miro...
Una lagrima surca mi rostro
y va mojando lentamente su foto.