Creo en los cuentos de hadas, en la magia de la Navidad y que Bigfoot existe en algún lugar.Pero ¿creer en el dueño de los Marlins Jeffrey Loria?
ugg spain Para nada.El más odiado dueño de equipo en Estados Unidos rebajó aun más su nivel de popularidad la semana pasada con un video manipulativo de José Fernández, el venerado jugador en béisbol que acaba de ser premiado como Novato del Año, un cubanito con mucho corazón y gran talento de lanzador, en el momento en el que volvía a ver a su querida abuela por primera vez después de una separación de seis años.
La estrella de béisbol huyó en un bote de Cuba en el 2008 con su hermana y su madre, que por poco se ahoga en el trayecto. Dejó atrás a una abuela fanática del béisbol que no había podido ver a su nieto jugar en las Grandes Ligas y tenía que subir a la azotea de su edificio para oír sus juegos por radio.Y ahora… ahí tenemos los televidentes a Fernández, sentado en una banqueta durante una entrevista sin saber que está a punto de volverla a ver.“ Oh, Oh, boy,” murmura en inglés paralizado antes de ponerse de pie para abrazarla con una intensidad total. “ Oh, my God”.La abuela Olga, tocándole los esbeltos abdominales, le dice: “Estás precioso, papi, precioso”.Cuando vi la reunión en el noticiero de la tarde bajo un titular urgente que decía “Ahora mismo”, sentí ese tirón en el corazón tan familiar que expresa dolor y pérdida –muy personal para alguien que nunca pudo volver a ver a su abuela después de irse de Cuba cuando era una niña– y a la vez muy universal para cualquier persona que haya dejado atrás a un ser querido.Pero esto no era más que una diminuta cinta de video. Lo demás es puro mercadeo de los Marlins.No se trataba de una reunión en un aeropuerto con la presencia de los medios noticiosos. No, esta fue una producción controlada por los Marlins. Su tema es cómo Loria logró
lo imposible: sacar a la abuela de la tiranía de Cuba y traerla aquí –¡gran hazaña!– justamente a tiempo para ver al lanzador de los Marlins recibir su premio de Novato del Año.¡Loria incluso besó a la abuela Olga antes del nieto!Y ahí tenemos al ingenuo Fernández, siendo entrevistado al estilo de LeBron James cuando este tuvo que tomar la decisión que marcó su destino: jugar en el Equipo de Ensueño de Miami o quedarse en Cleveland. ¿Qué diría su abuela si pudiera estar aquí?, le pregunta un entrevistador invisible.“No creo que ella pudiera estar aquí”, lamenta Ferná
ndez.En ese momento preciso, Loria entra de manos con la abuela, como si estuviera entregando a una novia en un altar de bodas.Este es un burdo truco de mercadeo para Loria reivindicarse de sus muchas culpas: haber chantajeado a Miami y a los comisionados del Condado con falsas amenazas de llevarse el equipo a San Antonio; haber puesto en peligro la salud financiera del área con un desacertado acuerdo de construir un estadio a un costo de $600 millones; y luego deshacerse de los jugadores estrellas y darles a los fanáticos la peor temporada de la historia del equipo.¿Y quién no recuerda el fiasco de Ozzie Guillén, del cual Loria obviamente no aprendió nada?¿Qué fue exactamente lo que hizo Loria para traer a la abuela de Fernández? Nada especial.A los cubanos de la isla se les habí
a prohibido viajar libremente hasta que ese impedimento fue eliminado en enero. Ahora cualquier cubano con un pasaporte y una visa estadounidense puede visitar este país. Cuba está entregando pasaportes a derecha e izquierda mientras la Sección de Intereses de Estados Unidos en La Habana otorga visas de visitantes con entradas múltiples. La abuela de Fernández viajó como cualquier otra abuela. Solo que su nieto, con un salario mínimo de novato de $495,000 al año, puede fácilmente pagar por todo el papeleo y el boleto de avión.Así que, señor Loria, aquí van un par de consejos primarios para lidiar con los cubanos:No use la tragedia de nuestro exilio con propósitos de mercadeo.Y no se meta en nuestros asuntos políticos.No tenga duda sobre este último consejo. A veces ni nosotros mismos los entendemos.