Una bestia indómita y vanidosa
tiene los ojos idolatrados del tótem dictatorial
en las uñas sangrantes de la mortandad.
Su hedor es una sombra
que se dibuja en el olfato...
No se endereza su mezquindad
ni se dobla su arrogancia
en el crisol de la pureza/
.
Bajo la alfombra su esposa mal amada,
tras las rejas su prole apaciguada,
recorre los flancos del cuerpo con las órbitas
desbordadas de sexo.
Nada dulce,
carne en sus fauces,
todo rigor en la palabra/
Su continente de hoguera
quema el mínimo contenido
que esconde bajo los muebles.
Entonces el bruto tigre con paso de elefante
aplasta los compadres como ínfimas hormigas/
.Toma cien pastillas para el sueño y
cero jarabe para la inclemencia.
.
Vos, presumido imbécil...
Esconde las uñas negras
de anegado alambique,
despertate en junio para la reunión
en tertulio con tus verdugos amigables y
armate un circo de bunker
porque el filo anda inestable
entre los fuegos de la calle
que reclaman alpiste.
Vos, tremendo soludo,
andá cavándote la fosa
que nadie va a sostenerte el palinque
ni socavar
la pala al fondo hueco de las tinieblas,
sibarita del monumental y ajeno luto
te vas a derrumbar en filigranas panteónicas/
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