Palpo el beso de la noche
que duerme en tus labios.
Las pestañas del verano donde
aletean los pájaros del aire.
Sé que te bañas en ríos dorados,
en cascadas de aguas purpuras
te refrescas bajo la mirada
de la luna entrante y
la asfixia de las estrellas que no
entran en tu cuerpo nocturno/
Te sumerges en mis labios taciturnos,
en mi boca de lluvia dejas hábito de jadeo,
Amada,
el agua canta por tu gola y
tu soplo levanta mareas
que siento golpear en mi pecho sus olas.
Donde nace tu paradisiaco espacio
entro en su latido infinito de hojas,
rilando mis miembros extensos.
me hago suspiro del árbol,
lejía en tu lengua de encanto/
Soy la dimensión oscura de tu claro habitáculo,
En las noches de verano moldeo tus pupilas fijas
donde nacen los racimos del cielo
y bajan colgajos de racimos en tus ojos
negros como astillas del ébano.
Llueve en las uvas cálidas de tu boca y
me emborracha de pasión
el zumo de verdes uvas frescas
que en cascada
se desbarrancan hacia mi boca.
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