Federico Herrero y Nicolás Francisco Herrero, especialistas en artes y ciencias del actor considerados por medios y especialistas de los mejores en la actualidad actuación

Categoría: Arte y Humanidades
Fecha: 14/02/2014 16:22:37
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-Arte dramático, representación-.

Federico Herrero y Nicolás Francisco Herrero, especialistas en artes y ciencias del actor, dictaron en el Teatro Escuela Central y en la facultad de ciencias sociales de la Ciudad de Buenos Aires, una conferencia, tema: -Arte dramático, representación-.

Federico Herrero comienza la conferencia con una interesante reflexión: la obra de teatro existe sin representación, por si misma, por supuesto exige de un lector profundamente capacitado en el tema.

Es como leer una partitura musical.

El especialista la podrá pensar en sonidos.

El término drama proviene del griego y significa representación.

Por lo tanto, lo que caracteriza al género dramático es que las obras están escritas en forma de diálogo y pensadas para ser representadas en un espacio físico, es decir en un ámbito teatral y ante un público.


Las principales formas de la dramática son: La tragedia, la comedia y el drama.

La tragedia: que es una forma dramática que tuvo su origen en la antigüedad.

Habitualmente el conflicto trágico es producto de la ruptura del orden del mundo, evento que enfrenta a los personajes con un destino inexorable. El gran modelo de la tragedia como forma dramática lo encontramos en las obras de los clásicos griegos.

La comedia: es una forma en la que la acción dramática discurre de manera opuesta a la tragedia. Si en la tragedia los personajes cambian de un estado favorable a uno desfavorable, en la comedia se da un ascenso en el estado de los personajes.

El drama: A diferencia de las formas anteriores, el drama no tiene un carácter definido, sino que en él se combinan indistintamente aspectos trágicos y cómicos. Esto se debe a que el drama pretende representar la vida tal cual es, razón por la cual, tiende a tratar los asuntos de forma menos rígida que la tragedia y la comedia.

Además de lo citado podemos estableces sub-géneros.

Farsa: pieza cómica breve que incluye personajes caricaturescos y extravagantes.

Sainete: obra breve que muestra las costumbres y la características del inmigrante europeo de principios de siglo. La escenografía presenta un espacio abierto, por ejemplo: un patio de conventillo.

Grotesco: obra breve de intención critica y cuyos temas son las desdichas cotidianas presentadas a través de situaciones cómicas.
Las obras dramáticas pueden estar escritas en verso o en prosa. El recurso fundamental del género dramático es el diálogo que entablan los personajes en distintas circunstancias del desarrollo de la acción. El diálogo tiene dos funciones: transmitir los hechos que suceden y caracterizar a los personajes.

El dialogo como transmisor de hechos

Las acotaciones

El autor teatral o dramaturgo realiza una serie de indicaciones escritas o acotaciones para ayudar al lector o al director de la obra a imaginar ya comprender mejor el contenido. Las acotaciones son fácilmente reconocidas en texto ya que se encuentran escritas entre paréntesis.

Una obra teatral se divide en actos. Esta división no es indispensable, ya que, a veces, el teatro moderno no la emplea.
Los actos indican los momentos de la acción teatral y tradicionalmente se vinculan con el planteo, nudo, y desenlace de la obra dramática.
Los actos, a su vez, pueden dividirse en escenas y cuadros.

Las escenas se reconocen por la entrada o salida de los personajes. A su vez, cada escena esta integrada por pequeños y sucesivos pasos que la conforman: las unidades o secuencias.
El autor dramático se comunica con el publico de un modo especial, porque si bien el teatro es un hecho literario, fundamentalmente es espectáculo. Esta característica determina diferencias en el hecho comunicativo.

Generalmente no hay comunicación directa entre el autor y el publico. Todo llega a través de los personajes que los actores vivifican. Todo autor teatral, crea un mundo de secuencias dramáticas con un profundo sentido vital y sus criaturas de ficción, que adquieren vida en el escenario, son las que se comunican con los espectadores.

El autor permanece oculto porque cede su mundo imaginario a emisores de carne y hueso, los actores.
Los actores recrean el mensaje y lo proyectan en la escena. Se producen, entonces, dos situaciones:
El hecho comunicativo imaginario (mundo de ficción que se desenvuelve en el escenario) evidente en el diálogo de los personajes.

Comunicación recíproca y bilateral en la que el hablante imaginario desaparece.

La transmisión de ese mundo al público, receptor real.

La comunicación teatral no se limita a solo un código. Gestos, colores, música, iluminación, son algunos de los medios expresivos que unidos a la palabra constituyen el mensaje dramático. Aunque la fuerza de la obra, en muchos casos, recae en los juegos verbales, el mensaje dramático es una unidad en la que confluyen varios códigos: gestual, musical, lingüístico... de este modo el mensaje se ve y se oye.
El ser visible y audible distingue la realidad representada del mensaje teatral del de otros discursos literarios. Al teatro no le basta la palabra, necesita el escenario, las luces, el actor que se identifica con su personaje.

Las tres unidades clásicas

En la antigüedad griega y latina el período neo-clásica Español (siglo XVIII), y en algunas otras épocas el teatro universal estuvieron vigentes tres exigencias para oda obra teatral, llamadas unidades: la unidad de tiempo, la unidad de lugar y la unidad de acción, elementos presentes en la poética Aristotélica.
Según estos requisitos, la obra debía suceder en un solo día (unidad de tiempo), en un solo lugar (unidad de lugar) y desarrollar en un solo suceso (unidad de acción).






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