¡Por fin! Tenía tantas ganas de redecorar mi casa... Últimamente no hacía más que meter las narices en revistas de decoración; y mi marido, que se había dado cuenta, llegó un día a casa y me dijo lo siguiente: "Oye, cariño, ¿y si juntamos tu sueldo y el mío para cambia un poco de aires? Ya sabes, adornar la casa un poquito más...". Lo dijo como si nada, pero es un listillo: sabe perfectamente cómo hacerme feliz. Yo no había querido proponérselo porque siempre he sido consciente de que era un poco un capricho: la casa está bien como está, solo que a mí me resulta aburrido y deprimente no poder dejarla como a mí...; no: como a nosotros nos gustaría.
Me lo pasé muy bien buscando tiendas de distribución de mobiliario. Llamé a mi hermana, que vive en Aragón y a la cual le gusta la decoración casi tanto como a mí, y, casi automáticamente, me recomendó La Sénia. Yo desconocía esa tienda, claro está; porque tengo entendido de que solo son bastante conocidos por la zona en la que ella vive, que hace frontera con Valencia y Cataluña; pero, después de lo que me contó sobre ellos, se me quitaron ganas de seguir indagando en internet a la búsqueda de otros sitios posibles de venta de muebles: quería los muebles La Sénia.
Me introduje en su página web para ver qué tipo de modelos venden y, de paso, obtener más información sobre su fiabilidad. Resulta que las tiendas La Sénia son bastante famosos porque se especializan en mobiliario de diseño; ¡justo lo que yo ando buscando! Y encima, son expertos en la distribución de formas de primerísima calidad ya no solo a nivel nacional, sino también europeo. A todo eso hay que sumarle que vi me parecieron preciosos; ya le he echado el ojo a un armario magnífico para la sala de estar.