El Clok

Categoría: Arte y Humanidades
Fecha: 18/11/2010 14:19:59
Visitas: 1996

Aplicaciones

Goodgame Big Farm

Administra tu propia granja

Goodgame Empire

Construye tu propio imperio


Kotty Menendez.
Corriendo por dentro del imponente monte Berlingo, Jan huía del Clok. La tormenta sacudía a su ser con brutas caricias de vientos y un relámpago de chispas hizo que el oscuro temor le apretase fuerte el pecho. El sudor caía de a chorros por su rostro y su mente en blanco no encontraba respuesta para poder contrarrestar las ambiciones de un ser tan maligno e idóneo. Por un momento sintió la esperanza de salvarse, por otro creyó que ya estaba muerto; pero ninguna de las sensaciones eran reales; pues la vida, ya la había vivido; y la muerte, si bien cerca, aun lo estaba siguiendo.
En la macabra carrera, sintió como las garras aun invisibles del Clok, lo estrangulaban, ellas gruñeron; el recordó, vivió un momento al lado de su inseparable amigo el Orzal, luego se vio a si mismo envuelto en la mas oscura cerrazón y finalmente pasó por su casi muerta cabeza, la vez que Rabita, su novia de los 15, le había hecho una excepcional paja en el club del barrio y una lagrima se le cayó al comprender que con seguridad se encontraba a segundos del ocaso.
¡!!!Trssshhh¡¡¡¡ Algo estalló en el lugar y una línea de autopistas cruzaron por la cabeza de Jan; el dolor en el alma lo estaba matando y su conciencia a pasos retorcidos se acusaba de ya no valer en lo mas mínimo.
Otra vez, Viejas vidas adquiridas en un local de baratijas se entregaban a las fauces de quienes no saben llorar y de quienes están mas allá de cualquier dimensión; quizás solo era un pecado para que Jan recuerde en su nuevo estadío, quizás solo era una falla en el tiempo, en el maldito tiempo… pero eso ¿daba lugar a la muerte?…

Jan sintió su cuello libre, se dio vuelta y una luz ocre lo paso a buscar, sintió como su cuerpo era triturado en muchos pedazos, miró al Clok a los ojos, su cabeza no tuvo capacidad para interpretar tamaña barbaridad, notó al aire mucho mas espeso que de costumbre y muriendo… comprendió que a quienes se les apaga la llama de la vida no los espera el cielo o el infierno.






Comentarios / Consultas