He leído este libro de Juan Zeballos (seudónimo tras el cual se esconde un excelente escritor argentino) y me ha gustado como pocos. Sin duda que es un libro polémico, tanto que se ha visto restringida su distribución porque su contenido se ha considerado poco apto para la mentalidad reaccionaria. Pero puedo asegurar que "Dios se quedó dormido" se trata de una magistral ficción, tan entretenida y graciosa como profunda. Lo leí de punta a punta en escaso tiempo por la fluidez de la prosa de Zeballos, un escritor de la clase que hay pocos, y por lo interesante y llevadero. El argumento es más que original y es lo que tanta polémica ha desatado: Dios llega a la Tierra y tiene un accidente que le hace perder la memoria. Ya no recuerda que es Dios. Con este inicio, y a manera de relatos independientes pero conectados, Zeballos me hizo reír y pensar. Y, al final, imprevisto para mí por lo desgarradora de su frase final, me ha quedado la sensación de haber leído una obra impresionante, por la intensidad, la originalidad y la fluidez de una prosa de una ironía única. El costo de arremeter contra la Iglesia, Papa, curas y santos, es el de ser este libro magnífico apartado del mercado del establishment y quedar relegado a la venta casi de ejemplar en ejemplar y en un semi-secreto. Considero que, a esta altura, "Dios se quedó dormido" puede agregarse a la lista de libros prohibidos y, merecidamente en este caso, en un libro de culto.