En este 2011 me pasaron muchas cosas. Cosas buenas, mejores, no tanto, malas y malas que luego derivaron en buenas, y lo mejor de todo es que pude capitalizarlas. Conseguí algunas cosas que me había propuesto y otras me quedaron pendientes.
Aprendí alguna que otra cosa que me está sirviendo o me servirá alguna vez en mi vida. También hubo encuentros y reencuentros. Conocí gente querible, maravillosa, y alguna que otra olvidable. También está la gente de siempre, esa incondicional, esa que está ahí, que no te abandona por que te quiere y los querés.
Es esa gente que es parte de tu vida y que no los concebirías fuera de ella. A todos ellos les digo gracias, gracias por soportarme, por tenerme paciencia por aguantarme durante todo el año sin tomarse vacaciones. Por lo menos vacaciones de mí.
Otro hecho importante, y que marca un antes y un después, una división tajante y dramática en mi vida, fue su regreso. Su regreso esperado, deseado, ansiado. Un regreso que se produjo después de una lucha sin cuartel, un regreso que fue impedido innumerables veces por alguien que quería aniquilar mis ilusiones y mucho más.
Ese regreso que se produjo después de 400 días y 400 noches, una ausencia que duró 9600 horas, con sus minutos y segundos, que fueron por mi vividas y padecidas. Ese regreso que nos hizo felices a todos por distintos motivos. Por fin, después de tantos padecimientos y sinsabores, él nos fue devuelto, aunque no tan rápidamente como nos fue arrebatado.
Después de 13 meses de ausencia, él volvió a mi vida y corre libre por mis caños. El que fuera otrora perdido, gracias a una vecina con mucho tiempo libre y poca imaginación, que un fatídico y gélido día de invierno, allá por septiembre del 2010, llamó a MetroGAS, quien vino, vió y cortó, en forma impía.
En general este año fue un año algo equilibrado, tuvo sus momentos tensos y límites, pero no da tan mal ni resta tanto en el balance de mi vida. No podría calificarlo de icónico o darle la categoría de bisagra en mi vida. Pero puedo decir que se ha dejado vivir.
El domingo comenzamos a transitar el año número doce de este nuevo siglo. Parece mentira, una docena y pasaron así, rápido, rapidísimo. Espero que el 2012 sea un año genial. Mis deseos para este año es que nos traiga lo principal: Paz, Amor, Salud y Prosperidad.
QUE TENGAN UN MUY BUEN FIN Y UN MEJOR PRINCIPIO. FELIZ 2012
BESOOO :-D.