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POEMA 31 ( de versos para VERONICA)
¡ Blanca mujer, oliendo a pinares!
Al acecho. Mis manos andan con
gracia persistente la senda de tus senos.
Arando tus planicies de pubis fresco abro un túnel.
De mí huyen las bestias, pájaros trinando
Enmudecen, cuando por las noches eres mia
y la Soledad se apaga a tu nombre
¡ Mujer, risa de sirena ¡
Andar de llama ardiente.
Tu piel es de plumaje real. y tu corona...
Tu corona, de reina.
La poso mi beso en tu cabeza.
¡ Ah Mujer mia, la de los Balcanes sedientos ¡
El amor me inunda y estalla en mi voz
de gruta arenosa, al decirte:
¡ Para tu libertad bastan mis alas ¡
¡ Para mi corazón tu vuelo ¡
¡ Blanca mujer! Con tu almíbar de aliento
vocifero en hélice huracanada
Que el sol renace tras tus colinas.
La luna aletea tus ojos, en infinito collar de letargo.
Con paciencia aguarda tu sueño,
oculta su silueta, enmudece a tu presencia.
Al ocaso, el rocío espeja tu mirada
y por tu boca emerge un crepúsculo de voces.
Los cauces de mis venas hinchadas explotan
y mi sed eterna de roble contigo calma.