Estoy inmerso en las entrañas de un inframundo Kafkiano.
Vago en la colorica gama de la locura de un Van Gogh.
Herede lo licencioso y no la poesía de un Rimbaud.
Tremolo a la brisa de las Parcas al andar
Atónito y perplejo me estremezco
Al sonico aleteo de las Valkirias,
Ladronas de mis sueños,
Trocadoras de una realidad aun posible.
La nave perdió su rumbo con un capitán ebrio
El timón de galeote lo tomo un marino.
¡ OH, arrogantes y omniscientes Dioses del Olimpo.
Estoy aquí, de pie nuevamente.
Acepto el desafío.
Este es mi espacio, este es mi lugar.
De el no he de moverme hasta que así lo decida.
Ahora soy labrador de mi propio destino.