Víctor volvió un poco más pronto de lo que Ayse esperaba. Cerró la puerta muy despacio, absorto en sus pensamientos, entró a la cocina. Se sirvió un vaso de agua, y se sentó. No dijo una palabra, tampoco vio que ella estaba parada junto a la mesa mirándolo y tratando de adivinar lo que había pasado.
Ayse no sabía que hacer, si preguntarle o dejar todo como estaba. No podía quedarse como una mera espectadora, esa no era su naturaleza. Él estaba sufriendo, ella lo conocía, sabía lo que el sentía Norma, sabía que la amaba y la amaría por siempre.
El silencio, la apatía y la abstracción no eran una buena señal. Ayse lo amaba con toda su alma, tenía que hacer algo, pero ese algo era drástico, dramático. Cambiaría la vida de los tres para siempre. Aclararía y confundiría aun más las cosas.
Tal vez sea un mal necesario pensó Ayse, algo que debe pasar, algo que nos debe pasar. Se sentó junto a Víctor y tomó su mano. Hola, le dijo ella, ¿Cómo está Meliha?
El la miró muy profundamente tratando de contener un llanto incontrolable. Ayse sintió en esa mirada que él estaba buscando su consuelo. Sintió que le suplicaba que lo ayude a llevar a cabo esa empresa imposible, y totalmente desquiciada.
Ayse, Meliha se está muriendo, le dijo Víctor. La diálisis ya no funciona, necesita un trasplante. No le queda mucho tiempo, los médicos me dijeron que esta en una lista, que está primera.
No entendí muy bien lo que me dijeron, usan esas palabras difíciles. Hablan de patología, histocompatibilidad, que se yo. Vos sabes que a mi estas cosas me ponen mal y entiendo la mitad de lo que me dicen.
Lo único que sé es que Meliha necesita un riñón, ahora mismo. Yo no soy compatible, tampoco lo son sus primas. Es desesperante, no sé que más hacer, a quien recurrir. Me siento tan inútil, tan impotente, no puedo esperar sentado a que se muera y todo termine, tengo que hacer algo. ¿Pero qué?
Me lo dijiste a mi, y eso es suficiente le dijo Ayse, quizás tenga la solución, o tal vez la solución este en mi.
Víctor la miró sin comprender, no entendía o no podía entender lo que ella le decía. Estaba abrumado, lo que Ayse decía lo desconcertaba. No entiendo, le dijo él.
Es muy simple, el mes pasado doné sangre para ella. Tenemos el mismo grupo sanguíneo. Es un comienzo, tal vez seamos compatibles.
¿Qué decís? Le dijo Víctor, creo que no te entiendo ¿vas a donarle un riñón?
Si Víctor, voy a donarle un riñón. No puedo verte así, se cuanto la amas, su muerte de aniquilaría. Hace años que estas librando una batalla demoledora con tu culpa por no poder ayudarla, y la impotencia.
Ya va siendo hora de que tengas un poco de alivio, de que ella tenga un poco de alivio, de que en definitiva todos tengamos un poco de alivio.
Ese mismo día Ayse se hizo los estudios correspondientes para saber si ambas eran compatibles. Y sí lo eran, asi que Ayse cumplió con su promesa y le dono un riñón a Meliha, la esposa de su amante. Ahora no solo comparten un hombre, también comparte su sangre y un riñón.
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