LA CITA Y EL ENCUENTRO
¡ No te temo muerte ¡
Solo a ti vida que me abandones,
despojado de hechos sin olvidos
al compás solitario de mi suerte.
Me dejes gélidos paños en el alma,
y sucumba mi áurico honor
en pútridos mástiles de galeotes piratas.
No me oculto al frío de tus tumbas.
No me embarga ni sacude mis sienes.
¡ No hay prisa, ambos somos pacientes ¡
y huéspedes de históricas penumbras.
En un soleado invierno será el encuentro.
Siendo afables en esta cita ineludible.
Persuado tu nefasto encanto invisible
al júbilo previo del momento.
Mientras vibro y escucho al silencio,
Danzando en tu sudor incierto de calavera.
Socavo jacas de jardines colmados.
De tu tulipán negro no hallo la ribera.
¡ Aun sigo sin temerte ¡
Mas no he de soplar brisas de ansias.
Ni cambiar horizontes por conocerte.