Eres la copa donde la sed calma,
el trigo donde el hambre se apaga.
Eres la amazona que enfrenta batallas
cuando la vida muestra sus miserias.
¡ Al blandir de tu arma de ternura. La adversidad entrega la guerra ¡
Eres el relámpago de intensa corriente,
Donde el espejo del agua refleja iridiscente
en el vientre de la corola abierta del lago.
de la medula de la esencia a la mano del topacio y
el pensamiento en la frente.
Eres la jaula abierta del ave, la quinta esencia del huerto,
Casi fuera del limite del cielo, donde los astros no danzan y
el páramo inexistente te cultiva un jardín de menta por aliento.
Los portales del abismo claro te mecen,
al columpio de tu monologo deslumbrante y
en el caudal de tu artera sangre te enfrentaste
a los llantos ya olvidados y los pesares vencidos.
Con terquedad de noble algarrobo y alegrías soñadas,
embarras tus pies en lodo, si te anegan los deseos incumplidos
Eres fugitiva de implacable destino, naufraga de piratas al acecho,
con rostros de tempestades, pálidos de ausencia.
Como fantasmas de momias, inmolan la arrogancia
a tu presencia, vigorosa y triunfadora.
Eres ante quien me inclino, mujer de nácar,
lustradora de una lámpara de Aladino.
¡ Donde cabe tu mundo interior, el universo no tiene espacio ¡
En el párpado azul donde el alba se despereza
me inclino a tu amor de figura emblemático.
¡ Mujer de uñas felinas, erupción de lavas y claveles ¡
Eres la madre tierra. Tierra de ternura avasallante.