Cuando ingresé al comedor Sagrado Corazón de Jesús, pensé que me iba a encontrar con gente carenciada a la cual uno le iba a dar una mano pintando o arreglando alguna cosa, pensé que iba a ser fácil. Pero cuando llegué me encontré con mucha gente hermosa que está sola, que necesita que los escuchen. Al principio me costó involucrarme, abrirme para que ellos se abran y cuando sucedió fue maravilloso. Poder dar tanto y que te den tanto. Gracias Cristina Sanchez y su visión de vida por hacer una diferencia en mi vida, gracias a las personas del comedor por darme tanto con tan poco. Los quiero!!!!