Belleza mia ¡
Tan reina como artemisa hecha mujer
Reina del huerto, de la danza y el horno
Bella entre la frambuesa, el cerezo y los licores
Princesa del sueño y de la espuma,
aroma penetrante, piel tela de cebolla.
Imperio del color, navegando entre el púrpura,
el carmín y la escarlata
Dedos de hada tejiendo la madeja y el jabón.
Mirada de águila planeadora,
oteando perpetua sobre mi cabeza.
Te amo como guerrera del grano,
con tu corona dorada de trigo en la cabeza.
Transgresora del azul al rojo labial encendido,
de la madera en llama ardiendo al fogón.
Batallas con tus dedos de tierra diaria,
acicalados en la noche de las Damas.
Amo tu rostro de piel óleo aceitunado, y
tus dedos de cielo y luz volando a mis ojos en la mañana,
como la colmena, palpitando el zumbido de la abeja excitada.
Y de tu imperio, que parece diminuto,
lo amo como gnomo enano viendo tu
gigante piel de leopardo y a tus pies rindiéndole tributo.
¡ OH. Bella mia ¡
Nuestra casa suena y retumba, con el tren que arrastra las bodegas, y
la gota del rocío usando de timbal al alero
El piso verde dialoga con la pared azul, y
el marco turquesa de la puerta.
Mientras la uva madura de la parra rumorea entre las hojas,
tu monarquía de boca dulce.
La seda de lustre que te rodea en superficie
es mi patrimonio y usufructo.
El secreto de tu mirada oscura es mi tesoro, y
el baile denso de tus pestañas
la selva en que a veces me extravío.
Tus labios habladores son mi caligrafía, y
en tu boca suelo hallar alguna palabra perdida.
Reposando un cuaderno sobre tu espalda de playa.
y la pluma retozando en un hilo de tu pelo.
¡ OH amor y belleza mia ¡
Que imperio de dones y gigantes mujeres tienes
en tu país de gravidez y de cereal maduro.
Hay tanto grano y vino acumulado en tu silo
que aunque el invierno derribara tu imperio
con tanta llama y pan absorbido por tu boca:
¡ Pasaríamos la vida bajo el hielo ¡