Quisiera entrar en ti... ¡ Dentro... muy dentro ¡
Con el ímpetu fervoroso con que el rojo puro asombra los ojos.
Socavar tu piel de manzana, y
extraer la savia colorada de la naturaleza
y la pulpa de tu poma dentellada en mi boca,
con el furioso granate de tus labios de enciclopedia.
trasvasando osmóticamente los míos,
como si se abriesen cuatro labios simultáneos,
dentro de las gargantas profundas.
De tus oscuros ojos, bailando en pardo-miel,
en el enjambre amarillo,
de un verano plagado de zumbantes abejas,
hallar algún sentido a tus pestañas,
saliendo como tulipanes en un bacón florido.
¡ Que hay de tu inexplicable espalda,
cobalto telúrico y mineral de prado ¡
Hasta el camino de tu esencia violeta del alma y
tu artera sangre azul real,
con tus dedos caminando la cornisa,
del verde-savia como la baya de la legumbre fresca.
Si quisiera descifrar el secreto de tus senos de aureola celeste,
tendría que preguntar a tu boca de acuarela:
¿ En que paleta de Modigliani estaba tu lila de largo cuello ¿
¿ O en que pintura multicolor de Velázquez,
el rosa suave de tus manos cuando parecen ausentes.
¡ Dime. Mi amor Morena ¡
¿ es cierto que existe un rojo-ocre y un magenta-ceniza ¿
Porque mis ojos de asombro,
han visto volar tus manos al aire,
esbozando un jazmín índigo,
y de tu beso de boca,
emerger el vapor de una nube calipso,
soltando oxigeno-limón, en el menú elíptico del cielo enamorado.
Y pisar la tierra cadmio con tus blancos pies,
tan blancos como tus muslos de lienzo,
donde quiero hundirme a pintar un cuadro mas sublime
que el pico nevado de un paisajista, y
con el negro-brea de tus cejas,
poner la firma como estampa.