Hay muchas cosas que no entiendo, tal vez demasiadas. Hay cosas que si me las explican despacito y con paciencia tal vez llegue a comprenderlas o, por lo menos, a tener una vaguísima idea sobre ellas.
Pero hay otras que directamente no me entran en la cabeza, no hay caso. Le doy vueltas y es inútil, no sé si es que me cuesta acomodarlas en mi mollera o es por que son extremadamente bizarras, locas, incomprensibles, inteligibles, y así puedo seguir infinitamente con los calificativos y nada.
Últimamente la realidad me esta dando mucho material para escribir mis post. No es que me tome tome todo a risa, como me dice mi papá.
A pesar de mi ascendencia y mi sentido trágico de la vida, estoy segura que si no mirás la realidad desde un costado amablemente humorístico, a la vez que piadoso, solo te queda el llanto amargo a moco tendido.
El tema que empezó a mover los herrumbrados engranajes de mi disco rígido marular fue el de los bloqueos protestatorios que están impidiendo la distribución de los diarios.
Paso a enumerar de una manera amena y sucinta que es lo que entiendo y lo que no de esta extraña situación.
Entiendo que se están violando normas constitucionales. Entiendo que se están vulnerando una serie de derechos. Entiendo que se esta atentando contra la libertad de expresión y el derecho de circular libremente. Entiendo que se están tomando actitudes, como podría decirlo … actitudes poco democráticas que nos remiten otros tiempos más crueles y menos felices.
Lo que no entiendo es que es lo que se reclama. No entiendo porqué se reclama de esta manera. Y lo que menos entiendo y más me preocupa es como es posible que un juez no intervenga.
Tal vez el señor Moyano quiera que todos los trabajadores de este país nos afiliemos al sindicato de camioneros, ¿será eso?.
Hago un llamado a la solidaridad. Por favor, que alguien me explique que es lo que está pasando. Eso si, despacito y con paciencia, por que no entiendo na de na, pero nada de nada.