¡ Amor ¡
te digo que mis labios inconclusos
suelen no llegar a tu beso absoluto. y
tus labios de cerro morado rocían mi boca
ahogada en manantial de jade.
Que tus ojos penetrables y sabrosos,
-como el pan fresco mordido al pie del horno-
suelen capturar mi orbita visual
en el espejismo de rayo y delta, de vidrio y reflejo,
de planeta y espacio en tu entrecejo.
De tu aroma a pino silvestre
desova mi ollar de animal sereno, y
los pelos narinales,
no capturan el aroma desbordante y
la trementina que derramas
se me pega en la piel
como miel de enjambre en estío de infierno.
te digo que a veces
mis piernas florecen en dos troncos ornados y
como dos botellas revestidas de colores
y transitan los rieles de los vagones errantes y trémulos
cuando como corsario mujer asaltas mi alma estrecha.
suele sucederme que,
por la mañana ,
se me hace el ojo oscuro de la noche
si tus pestañan de ala no vuelan refrescando al aire
te digo que a veces...
suele ocurrirme que el sentir
se me hace extenso como cordillera,
amplio como océano, y
cuando tus manos
de pradera y greda verde,
trepan la ventana diluida de mis ojos,
se abren en paisaje celeste esperanza
entre tus manos aceitadas de olivo fresco,
bajo el árbol de las raíces aladas.