Estoy de acuerdo con eso de que cada persona es un mundo. Somos piezas únicas e irrepetibles. Y, como tales, tenemos particularidades, rarezas, costumbres y conductas que nos son propias.
A veces con mucha, muchísima voluntad, tesón y esfuerzo podemos llegar a modificar, morigerar o pulir aquellas conductas que no son del todo agradables. O aquellas que se dan de cabeza con el esquema que prolijamente ha trazado el mundo civilizado.
Hoy voy a dedicarme de lleno a cierta... No sé bien como definirlo, si como conducta, manía, mal hábito o síndrome masculino que me irrita sobremanera.
Ustedes saben muy bien a que me refiero, esa sonrisita lo dice todo, es como si los estuviera viendo. Si adivinaron, me voy a referir a esa cuestión bizantina. Esa pregunta que se repitió por generaciones como una constante k desde su invención. Cual es la razón, el motivo, la causa, la traba, la imposibilidad o compulsión que los lleva a cometer esa reprobable inacción bajatoria.
Caballeros y caballeritos ¿Por que siempre, indefectible y constantemente dejan la tapa del inodoro levantada? He recibido un variado abanico de respuestas pero ninguna resiste el menor análisis, por vacías e inconsistentes. El "¿Yo, yo, estás segura?" no nos convence.
Tal vez sea el fantasma de los inodoros, que se empeña en mantener las tapas enhiestas al cielo.
Señores, algunos de ustedes, son bellísimos, geniales, adorables, queribles, simpáticos, compañeros, cariñosos, creativos. ¿Me quieren decir por que se empeñan en ser tan limitados, tercos, obstinados, intransigentes y odiosos?.
Nosotras no somos tan afortunadas en el reparto anatómico. Fuimos dotadas por la naturaleza con más inhibiciones, culpas, complejos, un equipo mucho más complicado que el suyo, y con la mitad de baños. Eso sin contar los millones y millones de árboles existentes en el mundo y que ustedes utilizan libremente.
Por eso, masculinos, sean mas solidarios con el sexo débil. No nos enrostren a cada momento la simplicidad y practicidad de su equipo. Cumplan su promesa, tómenlo como propósito para la vida, recuérdenlo, no lo olviden todo lo que sube tiene que bajar.
Pórtense bien, no desaten nuestra ira, no nos obliguen a ponerle candado al inodoro y a cobrarles peaje.