Lo que para algunos era errado, para otros sorprendente, el que todos llamabas Saulo de Tarso, esta maravillado con la grandeza de un poder supereminente, esto, lo llevo a estimar por basura sus credenciales humanas solo con un proposito: a fin de conocerle. Cristo, la plenitud de la revelacion de Dios, debe ser el motivo de la renuncia a nuestro orgullo, asi, podremos maravillarnos al contemplar la supereminente grandeza de su poder. Filipenses 3