Y la lluvia nos robó los besos, perdidos
aquellos que de los labios no salieron
y que el viento no logró tocar.
Mis labios quedaron secos, hundidos
del manjar dulce de los besos que no fueron
y que en mis labios no pude probar.
Sediento sin probar el óbsculo que nacía,
caminabamoshuyendo de la lluvia que nos obligó
escondernos bajo la sombra de un hogar.
Mas tu prisa fue la que insistía,
que olvidastes compartir la noche conmigo,
avanzando unos pasos más.
Te detuve para robarte un beso siquiera
antes de que tu cuerpo se marche
y me entregaste un beso tan corto
que mi boca aun inquieta espera
que en ella un beso derrames