Es difícil creer que un problema tan grave como el alto porcentaje demortalidad infantil sea relegado gobierno tras gobierno.
Nos asombramos compungidos por la realidad de África y otros países que pasean imágenes que impactan hasta los corazones más fríos, pero la mayoría desconoce que ese mismo escenario se encuentra en nuestro país a la vuelta de la esquina.
Es incomprensible que en un país tan rico como Argentina por sus riquezas naturales, mueran 25 niños por día a causa de la desnutrición.
Como comprender la gigantesca brecha que separa a los ricos y poderosos que ya no saben en que gastar su dinero, de las numerosas familias que ni siquiera pueden alimentarse para sobrevivir.
Por qué los medios nos inundan de realidades que solo constituyen fachadas que esconden los verdaderos problemas.
Este año nos invadió la paranoia con la gripe A, que nos hizo sentir prácticamente condenados a la muerte, sin embargo, hoy más tranquilos podemos ver que los números de mortalidad no tienen comparación con las abultadas cifras que día a día se cobran víctimas inocentes por causas totalmente evitables.