Mucho tiempo atrás, cuando recién estaban creados los mares y empezaban a surgir pececitos de todos los colores, formas y tamaños, nació un pececito azul, que iluminaba todo a su alrededor, con un bello resplandor que producía el suave roce de la luz del sol sobre sus pequeñas escamas.
El pececito azul no entendía por qué se reflejaba de esa forma la luz del sol en sus escamas y le daba pena muchas veces ir a jugar con sus amigos ya que su resplandor a todos les llamaba la atención.
Una tarde en donde la luz del sol no era lo suficientemente fuerte para poder jugar, debido a unas nubes grises que pasaban por ese lugar, todos los compañeritos fueron a buscar a su amigo el pececito azul para que ayudara con su bello resplandor a iluminar el lugar y compartir con ellos muchos juegos sin parar, en donde su grata compañía siempre era esperada con mucha alegría, respeto y admiración.
A partir de ese día, el pececito azul comprendió que las diferencias no son razón para apartarnos de nuestra familia, amigos y alrededor, ya que esas diferencias son precisamente las que nos hacen ser parte de un todo que solo funciona con la unión.
FIN