TRIUNFO... ÉXITO... FAMA

Fecha: 26/05/2012 12:44:18
Visitas: 2155

Aplicaciones

Goodgame Big Farm

Administra tu propia granja

Goodgame Empire

Construye tu propio imperio

LIDERAZGO Y EL MANEJO DE LA VIDA EMOCIONAL.

TRIUNFO… ÉXITO… FAMA…

Los medios de comunicación nos inducen a pensar, sobre todo cuando somos jóvenes, que la grandeza proclamada en labios de la fama, el aplauso, la riqueza y la consumación de grandes hazañas constituyen el éxito. A todo el mundo le atrae la imagen triunfadora del deportista que consigue ser el mejor en la pista, en el estadio o en la piscina, y cuyas victorias le proporcionan fama y riqueza. ¿Qué adolescente o que joven no quisiera emular al vencedor o la vencedora, que a su misma edad tiene todo el dinero que necesita y mucho más, viendo su imagen agigantada en la prensa y en la televisión, y además gozando de continuo del aplauso de sus admiradores? Quien alcanzo tales triunfos ¿no es la viva imagen del éxito? Bueno SI y NO.

Sí, porque lograr la victoria, la fama y la riqueza en y por el deporte, no es un logro despreciable.

Sí, porque triunfar en cualquier actividad supone el esfuerzo, la dedicación y la entrega de todas las facultades a un propósito, lo cual constituye uno de los mayores méritos de un ser humano.

Sí, porque es justo que el esforzado luchador recoja los frutos de su victoria.

No, porque el mundo ha visto con demasiada frecuencia, y con demasiado dolor, que un triunfador a los veinticinco años, muere cargado de infamia a los cincuenta… o antes.

No, porque a menudo ocurre que un campeón de ejemplar vitalidad y perfección física acaba su vida degradado física y moralmente a causa de los vicios.

No, porque el éxito de la juventud no redime la caída del adulto.

No, porque el éxito se espera definitivo, se concibe permanente y se supone que debe ser trascendente.

Es decir, el éxito es interior y vital. La vida es lo que importa y no las circunstancias exteriores, el éxito verdadero se mide al final de nuestra existencia y no en función de la fortuna o la popularidad que hayamos podido alcanzar, sino en términos de valor personal, es decir, del carácter.

El propósito de nuestra existencia no debe de ser el de triunfar en el sentido exhibicionista de progresar y hacerse rico. Progreso, fama, riqueza, éxito, si son dignos, no son más que adornos que a veces enmarcan una vida de mérito. Algunas de las vidas de mayor mérito en la historia no lograron obtener el adorno del reconocimiento social ¿quiere decir que fracasaron? De ningún modo, al contrario; alcanzaron una victoria superior y un éxito trascendente.







Comentarios / Consultas
evon123 dijo:
2012-06-29 16:55:03 hs
hi