Siempre que vengas del pasado
con nombres repetidos en la lengua
Tu mochila cargada de centurias hombrunas
y la bufanda abrigada de machos peleteros,
trayendo en tu pecho la marca de labios de antaño
Puedo comprenderlo...
Siempre que vengan del pasado
Al ahora del presente
y de la bufanda has un harapo.
Sin mas olores que los mios,
deja tu pecho abierto a mi mano de herradura.
Porque hoy eres mia y
si en la ventana asoma un mañana
¡ También mia ¡
Tengo los rayos del celo y
los sentidos alertas
por si vuelven tus aromas o
asoma algún color distinto.
No te apiades de mi celo
Porque es solo de macho cabrio
No habrá mas sudores que el mío
Ni otro aliento soplador
Ni más besos en tu boca de siesta,
que el viento de mi molino
y sus mínimos latidos de aspa locuaz te dirán...
¡ Antes de mi, nadie fue tan tuyo ¡
Ten piedad por ti amada.
Mi amor es tan absoluto como el blanco algodón depurado.
Pero tan furioso como la ira de un Orlando enfurecido.
Quédate a mi lado sino te falta el amor
Ni la dulce palabra al oído
ni el mínimo gesto diario
siempre que renueves tu estero de alegría.
Iremos por lugares extraviados de los que no retornan los recuerdos de antaño.