Todos somos pasajeros en este mundo, pero que tal si en este viaje decidimos hacerlo que alguien, una persona, a la que amamos, a la que le decimos que no la vamos a dejar, no le vamos a engañar, etc., etc., etc.,…… una persona que con esas palabras nos cree y se entrega por completo, aunque solo sea para atender nuestro egoísmo y al mínimo detalles, problema, inconveniente o incompatibilidad, la abandonamos; por nuestras razones, pues son las únicas valederas en nuestro mundo egoísta, que más podemos pensar y actuar si el otro fue solo un pasajero más.
En este viaje, todos somos pasajeros y decimos la misma cantaleta hasta cuando se mueren los pasajeros, cuando luego de abandonarnos como amigos, amantes, esposos, padres, hijos y hermanos, la muerte nos llama y lloramos el haber sido simplemente pasajeros de este mundo. Cuando entre llanto dejamos de decir adiós pasajero y en verdad sentimos la muerte y decir adiós padre, adiós madre, adiós hermano, hermana, adiós mi amor; o es incluso en ese momento verdadero donde todos somos iguales que ahí sí… no decimos adiós pasajero…
Cada día más hablamos del momento, de ser pasajeros, de comparar el dolor físico con el sentimental y del alma, de decir cual es el dolor más grande… me rompí un brazo y seguí adelante; pero la mayor parte del tiempo el dolor es causado por nosotros y ahí es mucho mejor compararlo con el dolor ajeno, con el egoísmo, con la ira y el odio; para causar dolor hemos nacido, creemos consciente y consistentemente que en una relación alguien debe salir perdiendo y si es el otro, pues que mejor.
El amor queda solo en una palabra, que como vulgar juego es usada para engañar; y si alguna vez alguien cree y practica de verdad no la palabra sino el verbo amar, va a sufrir, va a odiar y va a vengarse; no precisamente con el causante del dolor, sino con el siguiente ser que cree en el verdadero amor, otro pendejo más que no se da cuenta de que somos pasajeros...
Abemos hombres y mujeres que juramos amor, algunos hasta delante de Dios, pero ese juramento mal llevado es únicamente para un rito en la sociedad, la algarabía de todos, el chupe, la comida, la diversión y la farra; que buen matrimonio se dice, únicamente a ese día, cuando el matrimonio empieza con ese acto sagrado ante el altar.
Te quiero solo para mí nos atrevemos a decir, claro, si el resto es pasajero, si decimos que nuestros padres son egoístas, que nuestra familia es una metida, que nuestros hermanos son pasajeros; nos atrevemos a decir que cuando estemos solos nadie nos va atender; y, cómo nos van a considerar de viejos, si siempre consideramos que todos son pasajeros… ahí sí bien venidos los hogares de ancianos, donde el asilo es solamente la estación del tren de la muerte, pues ahí solo acaban los pasajeros, cuyos hijos, nietos, hermanos, esposa o esposo, les han dejado, en su soledad con otros pasajeros. Hermoso final no cierto; y más cuando se llora; recién ahí el abandono, el egoísmo, la falsedad; dirigida a los que siempre decimos pasajeros.loo acaban los pasajeros, cuyos hijos, nietos, hermanos, esposa o esposo, les han dejado, en su soledad con otros pasajeros.
La des humanidad nace desde la misma concepción, cuando decimos hacer el amor a un acto netamente sexual para algunos, tomado tan a la ligera; y en algunos casos, a escondidas, donde guardamos las apariencias para "no sentirnos mal por lo que digan", cuando si fuese por amor, pues que vaina, es por amor. Y es que a veces para unas cosas si soy conservador y para otras libre; para unas soy contemporáneo, para otras viejo, pa otras inmaduro y niño, y para otras hasta escéptico. Eso sí, le temporalidad de las personas, hoy llamados pasajeros de un viaje egoísta "alegría absurda de vivir la vida" afecte o no al resto pero es mi vida, nos lleva a ser algún rato desgraciados; cuándo? Cuando vemos en nuestros hijos/as, el mismo patrón de vida, cuando también para ellos somos pasajeros en este mundo.
Algunos miden su vida y éxitos, de acuerdo a las personas que han pisado, herido y matado; y prefiero medirla por las veces que me he levantado con más fuerza para seguir adelante, manteniendo mis valores y la fortaleza de un hogar donde aprendí a respetar a la gente, a ayudar a la gente, a ayudar a mis hermanos, a vivir en comunión
Hoy que todo pasajero se ha convertido en psicólogo, hoy donde el estrés nos enferma desde la niñez, hoy donde el egoísmo, la revancha y la venganza son parte de mi vida; soy un pasajero más.
TÚ ERES PASAJERO O ERES PARTE DEL TREN DE ALGUIEN, COMO PASAJERO…???