La palabra "Biblia" viene del griego y significa "libros". Es el conjunto de Libros Sagrados llamados también "Sagradas Escrituras" (Mateo 21:42; Hechos 8:32) que contienen la Palabra Viva de Dios y narran la "Historia de Salvación" (cómo nos salva Dios). Nos revela las verdades necesarias para conocerle, amarle y servirle.
Se divide en dos partes: Antiguo Testamento (antes de Cristo) y Nuevo Testamento (plenitud de la promesa en Cristo). "Testamento" significa "alianza" y se refiere a las alianzas que Dios pactó con los Israelitas en el Antiguo Testamento y la nueva y definitiva alianza que Dios hizo con los hombres en la Sangre de Jesucristo.
La Biblia es revelación de Dios. "Revelación" significa darse a conocer. Por esta razón, la Iglesia ha venerado siempre las Sagradas Escrituras como venera también el Cuerpo del Señor. La Iglesia, guiada por el Espíritu Santo, determinó los libros de la Biblia y los reconoció como revelación divina
Dios es el autor de la Sagrada Escritura. Las verdades reveladas por Dios, que se contienen y manifiestan en la Sagrada Escritura, fueron inspiración del Espíritu Santo. Dios inspira a sus autores humanos: actúa en ellos y por ellos. Da así la seguridad de que sus escritos enseñan sin error la verdad de salvación. Muchos de los libros llevan el nombre del autor, otros, como los primeros, escritos por Moisés, no.
En la Sagrada Escritura, encontramos sin cesar su alimento y fuerza, porque, en ella, no recibe solamente una palabra humana, sino lo que es realmente: la Palabra de Dios (Tesalonicenses 2:13). En los libros sagrados, el Padre que está en el cielo sale amorosamente al encuentro de sus hijos para conversar con ellos.
Es tan grande el poder y la fuerza de la palabra de Dios, que constituye sustento y vigor, firmeza de fe para sus hijos, alimento del alma, fuente límpida y perenne de vida espiritual.
La vida y enseñanzas de Jesús fueron transmitidas por los Apóstoles por medio de dos vías:
a) Por la Tradición que recoge el mensaje comunicado primero oralmente.
b) Por las Sagradas Escrituras procedentes de los Apóstoles que componen los libros del Nuevo Testamento, en especial en los cuatro Evangelios los cuales fueron escritos por Mateo, Marcos, Lucas y Juan. ("Evangelio" significa "buena noticia" porque Jesús ES la Buena Noticia).
Estamos llamados a VIVIR el Evangelio con el poder del Espíritu Santo. Así hicieron los santos. Todos estamos llamados por Dios a ser santos.
Si tengo la Biblia, ¿para qué necesito la Iglesia? Necesitamos también a la Iglesia porque:
La Iglesia es el Cuerpo De Cristo, instituido por el mismo Jesucristo para salvarnos. No podemos guiarnos solos: "Ninguna profecía de la Escritura puede interpretarse por cuenta propia" (2 Pedro 1:20)
Jesús es el personaje central en la Biblia - en realidad el libro entero habla acerca de Él. El Antiguo Testamento predijo Su venida y preparó el escenario para Su entrada al mundo. El Nuevo Testamento describe Su venida y Su obra para traer salvación a nuestro mundo pecador.
Jesús es más que una figura histórica; de hecho, Él es más que un hombre. Él es Dios hecho carne, y Su venida fue el evento más importante en la historia del mundo. Dios Mismo se hizo hombre para darnos una clara y entendible imagen de lo que Él es. ¿Cómo es Dios? Dios es como Jesús; Jesús es Dios en forma humana (Juan 1:14; 14:9).
Dios creó al hombre y lo puso en un ambiente perfecto; sin embargo, el hombre se reveló contra Dios y falló en llegar a ser lo que Dios quería que fuera. Dios puso al mundo bajo una maldición a causa del pecado, pero inmediatamente puso en acción un plan para restaurar al hombre y a toda la creación a su gloria original.
Como parte de Su plan de redención, Dios llamó a Abraham desde Babilonia a Canaán (aproximadamente 2000 a.C.). Dios prometió a Abraham, su hijo Isaac, y su nieto Jacob (también llamado Israel) que Él bendeciría al mundo a través de sus descendientes. La familia de Israel emigró de Canaán a Egipto, donde se multiplicaron hasta hacerse una nación.
Aproximadamente en 1400 a. C-. Dios guió a los descendientes de Israel fuera de Egipto bajo la dirección de Moisés y les dio la Tierra Prometida, Canaán, para que la poseyeran. A través de Moisés, Dios le dio la Ley al pueblo de Israel e hizo un pacto (convenio) con ellos: si ellos permanecían fieles a Dios y no seguían la idolatría de las naciones que les rodeaban, entonces ellos prosperarían. Si ellos dejaban a Dios y seguían a los ídolos, entonces Dios destruiría su nación.
Aproximadamente 400 años después, durante el reinado de David y su hijo Salomón, Israel fue consolidado como un reino grande y poderoso. Dios prometió a David y Salomón que un descendiente de ellos gobernaría como un Rey eterno.
Después del reinado de Salomón, la nación de Israel se dividió. Las diez tribus del norte fueron llamadas "Israel," y pasaron cerca de 200 años antes que Dios las juzgara por su idolatría: Asiria llevó cautivo a Israel por el 721 a.C. Las dos tribus en el sur fueron llamadas "Judá," y ellas tardaron un poco más, pero eventualmente ellas también, se volvieron de Dios. Babilonia los llevó cautivos por el 600 a.C.
Cerca de 70 años después, Dios bondadosamente trajo el remanente de los cautivos de regreso a su propia tierra. Jerusalén, la capital, fue reconstruida por el 444 a.C., e Israel estableció una vez más su identidad nacional. Hasta aquí termina el Antiguo Testamento.
El Nuevo Testamento inicia 400 años más tarde con el nacimiento de Jesucristo en Judea. Jesús fue el Descendiente prometido a Abraham y David, Aquel que llevaría a cabo el plan de Dios para la redención de la raza humana y restauración de la creación. Jesús completó fielmente Su obra: Él murió por el pecado y resucitó de los muertos. La muerte de Cristo es la base para un nuevo pacto (convenio) con el mundo: todo el que tenga fe en Jesús será salvado del pecado y vivirá eternamente.
Después de Su resurrección, Jesús envió a Sus discípulos a proclamar las buenas nuevas por todas partes, sobre Su vida y Su poder para salvar. Los discípulos de Jesús salieron en todas direcciones proclamando las buenas nuevas de Jesús y la salvación. Ellos viajaron a través de Asia Menor, Grecia y todo el Imperio Romano. El Nuevo Testamento cierra con una predicción del retorno de Jesús para juzgar al mundo incrédulo y liberar a la creación de la maldición.
Mucha historia, mucha palabra difícil, muchas palabras duras. Toda una realidad.
Ya sabemos que Jesús, el Único Hijo de Dios, vino al mundo como un bebé perfecto. Creció, vivió como Dios espera de cada uno de nosotros y murió ocupando nuestro lugar en el castigo que nos merecemos por nuestros diarios pecados. Y luego volvió con Su Padre, y desde allí intercede y nos defiende. Ahora a más de 2.000 años más tarde, la sangre de Jesús todavía está salvando almas y su gente todavía está testificando de Él.
Una buena noticia: Jesús viene por segunda vez. Entonces, LA pregunta: con todo lo que Él hizo, con todo lo que Él enseñó, con todo lo que Él mostró con su vida ¿cómo te va a encontrar?
¿Qué harías si supieras la fecha exacta de la 2ª venida de Cristo?
¿Qué harías, sin fecha exacta, sabiendo que vuelve?
¿Qué harías si llega esta noche?