y alma de cedazo penetrable.
Nada supo mi sombra recostada
cuando recogiste el transito velado de la luz.
Las coronas arteras de mi corazón
conservaron los idénticos vidrios rotos de un espejo con memoria
Te fuiste amor... Llevándote en tu pelo
rastros de mi muerte en letanía.
Me dejaste la voz muda del silencio inerte
Mientras tu palabra se alejaba con tu imagen,
Secuestrando mi corteza tibia de madero y canela,
dejándome un espeso beso volátil de recuerdo
Vagando la ribera del frío viento y sus muelles
en mi boca quemante de ausencia...
aun ardiendo ...
en los marcos inseparables del recuerdo paciente.
Aguardo que a mi piel de tronco regresen tus pies de olvido,
retornado tu silueta el eco de mi nombre
con tu huella de amor y paso de regreso.