Reposa en mi pecho
hasta los pelos rojos crepitantes
y respira conmigo el ígneo del aire candente
que si falta un resuello la vida nos dará sus pulmones.
Pobres los metales brillantes y los verdes papeles emitidos.
Nuestro amor es más rico
que los tesoros piratas de las islas Caimanes y
más irrigado que una multitud de corazones maratonistas.
Deja tu esencia de agricultura construida
sobre mis costillas de lana acogedora.
Luego caminaremos..
con los pies crecientes de la marcha sin tacones
aunque nos perfore alguna espina.
La vida nos verá juntos y de frente y
a la muerte le dejaremos la nuca y las espaldas adosadas
de panorama para que se deleite
mientras aguarda la hora lejana. Limando el oxido de sus zapas
Y se coma hasta sus entrañas de frustrada Diosa arpía.