Ante todo pido mil disculpas por la demora en escribir.
En esta parte voy a empezar a escribir sobre las personas que tuvieron mucha participacion y que ayudaron a que yo hoy pueda estar escribiendo esto.
En este capitulo y en primer lugar me quiero referir a mi querido Doqui. El no solamente fue mi doctor, si no que ademas fue la persona que mas insistio y persevero para que yo no deje de luchar nunca contra esta enfermedad.
Este Señor con todas las letras supo leer mi mente, interpretar mis sentimientos y acorralar mi caracter, llevandome al borde de mis fuerzas, para sacar lo mejor de mi, para poder darle batalla con todo mi ser a lo que me estaba pasando.
Aprendi de el, que verdaderamente nuestra mente crea todo lo que nos pasa, tanto bueno como malo, y que nadie mas que nosotros mismos somos responsables de las consecuencias que nos trae todo lo que nuestra cabeza haga.
El amor y dedicacion con que ese Señor me trato durante todo mi tratamiento solo lograron que yo lo quiera y lo respete como un padre, como el padre que nunca tuve.
Hoy lamentablemente ya no esta conmigo, fallecio y dejo en mi muchas enseñanzas y una guia enorme para el resto de mi vida. Su mayor enseñanza fue que solo depende de mi el volver a enfermarme o no, que yo solamente yo determino lo que me puede pasar en la cabeza, y que esta y todas las enfermedades se curan de la cabeza hacia abajo.
Cada dia lo recuerdo de una manera diferente y si bien lo extraño y mucho, no tengo mas que palabras de agradecimiento para el. Por todo su amor y dedicacion y por hacer de mi una persona mejor.
Yo tuve la suerte que me eligiera a mi para depositar todo su conocimiento y su cariño, y eso me acompañara hasta el final de mi vida.
Hasta la septima parte.