ELLA SE FUE- NBC
ELLA SE FUE, NADIE QUEDA
Tengo abierto el libro donde está ella, ajada y amarillenta porque los rastros de los siete años que lleva alli, dejaron su marca.....
La miro hondamente, como queriendo tragármela con los ojos, metiéndola en mi alma, después de todo "los ojos son las ventanas del alma."
Aún logro percibir ese perfume que se prende y hamaca en mis recuerdos. Rosas. Un pimpollo de rosa, creo que la primera de las muchas que me regalaste. Siempre rojas como un símbolo del amor y de la pasión que alguna vez existieron...
Hoy no me nacen las palabras ni para agradecértelas, ni para insultarte. Nada.
Me transpiran las manos, sosteniendo el libro que también me regalaste y se torna cada vez más pesado entre mis manos.....
Soplo suavemente los pétalos y todavía se mueven como si tuvieran vida, como cuando me la diste en la calle, casi a escondidas y dibujaste una sonrisa perfecta en mi rostro. Calle, calles que caminamos juntos sin prisa para que el tiempo nos durara mas, con más palabras dichas por vos que por mi. Cómo hablabas de vos! Casi todo el tiempo!
A veces nos acurrucábamos en silencio, en un silencio diferente al de ahora que me envuelve-
Por la ventana de mi habitación penetra un aire con olor a primavera, con señales vívidas de otras primaveras en que se abría una flor a cada paso nuestro...y la plaza, y los árboles, la fuente de agua, nos miraban sonrientes.
Las palabras que quisiera decirte no me salen . se han quedado en aquel tiempo.
Intento encontrarlas pero se me van como el agua entre los dedos, como costal roto de harina que se desparrama y no logro rearmarlas.
No tengo más voz ni palabras para dártelas.
Será tal vez que ya te las di a todas o que mi cuerpo y mi voluntad me frenen con el peso del raciocinio.
Yo te creí, créeme que fue asi. No sabía que me mentías tanto. Hace muy poco pude convencerme de que era así.
Recién me he dado cuenta de que viví engañada sin saberlo.
Pensé que era amor. cundo me traías esa rosa roja cada cuatro de mes. Que el amor te hacía mostrarte protector conmigo y fui cediéndote cada vez mas terreno en mi vida, porque tus exigencias, solapadas, en eso eran cada vez mayores.
Pensé que era el amor el que te hacía buscar tener el control de todos los aspectos de mi vida. Que era el amor el que te movilizaba a cuidarme de ese modo tan abarcativo.
No me daba cuenta, como ahora, que lo que hacías era transformarme en tu absoluta dependiente, hasta creerte imprescindible en mi vida.
Te reías cuando te reprochaba ese excesivo control y decías que era bueno para la pareja despegarse del entorno... fui quedándome sin nadie alrededor... y no me daba cuenta..
De golpe te volvías tierno para suavizar la situación.
Créeme, yo te creía.
Las veces que lloré frente a vos porque intuía y algunas veces descubría tus mentiras y te las decía, jamás llegó tu abrazo consolador, ni un pañuelo para secar mis lágrimas, te mantenías distante esperando a que mis lagrimas se secaran solas. Ellas nunca te conmovieron, ni mi dolor...
¿No sentiste nunca mi amor? ¿No te di la certeza, con pruebas, de lo mucho que te amaba?
¿NO eras consciente de que ibas abriendo surcos de heridas en mi corazón?
¿No te diste cuenta nunca de que tenías una mujer enfrente que estaba dispuesta a una vida con vos?
Hoy sólo quedan restos. La sombra de aquella mujer que he sido. De aquella que reía y confiaba plenamente. De aquella mujer que olvidaba sus dolores y problemas con un solo abrazo tuyo y secaba sus lágrimas sola en tu camisa con olor a vos.
Aquella que te amaba y te había cedido el control de su propia vida, la que te permitió injertar en su sangre tu veneno en forma de néctar, aquella que repetía tu nombre mil veces al día y que te lloró a mares cuando desapareciste así porque si, aquella zombie que moqueaba por la casa, rumiando su dolor, su impotencia y su bronca, esa? Se ha escapado de mi para siempre....Ya no soy más esa mujer, ya no soy ella.
Ahora me doy cuenta. Sosteniendo el libro y la rosa seca que alguna vez me regalaste. Mirando hondamente los pétalos que alguna vez fueron rojos como la pasión y el amor de entonces.
NO se me ocurre ya nada que decirte, ni reclamarte, ni agradecerte, ni insultarte. No exististe nunca y tus regalos fueron para nadie....
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