que petrifica mis ojos y congela mi alma.
Ni pobre de vendimias y palabras.
Ni ciega de uvas rojas en tus labios..
Abre tus bodegas pasionarias del amor anhelado
y no vuelvas a huir al temporal que agrupa las ocres hojas.
Porque puedo luchar contigo contra las tempestades.
Libera todos tus barcos que hoy fondearan tu cielo,
mientras distraída clamaba tu boca apetito de ciruelo.
Por eso...
No mas piedras en tu lengua
ni mordazas de opio silencioso.
Solo libra tus palomas dormidas y
de sus patas suelta todo lo bello, puro y dulce
que alguna vez corrió por tus ojos de madrépora.
Cava la fosa a tus cadenas inertes amor.
Sepulta el herrumbre junto con la inquietud y
vuelve sin eslabones los caminos de tu senda.
Con aleteo de figura móvil y el tiempo recuperando sus horas
cuando tu se lo pidas,
voz y alma de diosa.