Otoño y desdicha de mustio pétalo
dejó el verde silencio de nuestra derrota
al dominio de la próxima primavera.
El dorado de la hoja
llegó a su limite azul y
la hojarasca floreció su dolor de espina.
En todo lo que palpitaba
mi corazón de rojo labio,
se pintó el gel frío en acuarela de olvido.
Tus amplios ojos de fuego
tomaron la altura del iceberg/
Tu forma planetaria huyó
en un rapto de viento huracanado/
El temblor del ave trémula recorrió mi geografía y
con pulso de paloma herida
desgarré el papel desamorado.
La fresca miga colapsó en piedra y
sus duros pulmones aun quedaban sobre la mesa r style�x-pN 0�^ter'>
¡ Hermosa mia ¡
Recojo de la noche,
la espuma indeleble de la estrella reluciente,
moldeada en tu frente,
bajando por tus ojos de naturaleza viva.
Mientras,
en la cresta lumínica de tu mirada,
me siento en tus pestañas de rama en flor,
a contemplar tu estatura,
como el cristal impuesto en el agua.
Y como la crisálida vestida,
aguardo tu boca abierta de aliento
para emprender el vuelo desde tu mirar de montaña..
Con la cálida brisa de tu suspiro,
en los pasillos de los poderes del aire, donde reina el viento
y parte mi capullo.
Surgiendo juntos,
como mariposas apareadas,
desde nuestra torre de luz y aliento de atalaya.