La luna embravecida lanza jabalinas de luz que no traspasan
y en la garganta este nudo como hecho de plumas empolvadas
y estos gemidos, la voz y el grito amordazado, contenido,
agazapado y es un grito de rabia que lastima
y este nudo, este nido de palabras desolladas que no escucho
La noche se derrama sobre el mundo,
todos duermen, se respiran y apretando los labios o los puños
sueñan que alguien los escucha.
Y yo, limitada, me percato de este mi grito que no vuela,
de este nudo que asfixia y no duermo ni sueño
solo miro y pienso pobre luna, pobre luz.
Respiro, qué más queda.