Hubo un tiempo...
Hubo un tiempo…
Donde las sombras caían sobre la ciudad.
Y tú no estabas aun presente.
Vagaba por tierras lejanas donde ya no hay moradores.
Las lapidas eran solo monumentos etéreos de una vaga ilusión.
El polvo bajo mis botas se mezclaba con el humo de un pasado remoto.
La luna daba vida a quienes usurpaban cuerpos banales.
Y tú no estabas aun presente.
Secretos bien guardados sobre una humanidad de andar ligero.
Dejando herederos ficticios de riquezas improbables disfrutar.
Una babilonia que se repite siglos tras siglos.
Un deseo perpetuo de hallarte y la desazón del equivoco repetidas veces.
Celebres incautos de doctrinas irreales creadores de paradigmas.
Colmaron esta tierra de seres sentenciados al nacer.
Y tú no estabas aun presente.
Un sonido lejano daba señales que habría otra oportunidad.
Lo cual colmaba tierras con mármoles inertes.
Y mi andar taciturno sediento de placer efímero pero necesario al fin.
El néctar de seres insensatos por hallar vida eterna.
Generaban la tan ansiada y repudiada por mi, la inmortalidad.
Porque no te hallaba mujer, juro haberte buscado desde los cuatro puntos cardinales.
Fui la noche para muchos y el adiós prematuro.
Ame con desmedida pasión y comprobé la angustia de la equivocación.
Y tú no estabas aun presente.
Hoy tras un largo camino por desiertos colmados de esqueletos.
Siento una gran intriga al estar parado frente a ti.
Hubo un tiempo…en el cuál te busque.
Hoy creo que te halle, permíteme no perderte en un abrir y cerrar de ojos.
Solo no le temas a mi inmortalidad, yo soy quien le teme mucho más.
Por ese miedo absoluto de perderte una vez que te halle.
Porque soy quien tu piel pide a gritos, aunque la razón diga nó.
Y mi deseo hoy te confunda sabiendo mi realidad.
De ser un vampiro con ansias de vida…junto a tí.
