Una nueva forma de vivir el sexo
Cuando estamos disfrutando de la pasión en el encuentro de los cuerpos usualmente tendemos a querer excitarnos más y más en una cumbre que sube, sube y sube con el único fin o meta de llegar al orgasmo. A veces incluso notamos que el fuego que tan acaloradamente había empezado a surgir poco a poco se apaga en el juego de besos y caricias y sin embargo, como nuestra mente está enfocada en la meta de la descarga sexual seguimos forzando este fuego sin escuchar lo que el cuerpo nos está diciendo con estos cambios naturales de energía y potencia. Pues bien, si en vez de seguir las ideas de nuestra mente (que muchas veces están tan incorporadas que lo hacemos mecánicamente) seguimos el ritmo natural que los cuerpos tienen para ofrecernos notaremos que en el encuentro sexual pueden discernirse claramente tres ciclos de energía Yan- Yin.
Yin es la cualidad femenina de la existencia, que es fría, mansa, fluída y receptiva en todos los aspectos de la vida. Yan es la cualidad masculina que abarca lo caliente, activo, fuerte, y duro en todos los aspectos de la vida. Ambos aspectos están íntimamente conectados movíéndose Yin hacia Yan y Yan hacia Yin.
Entonces, cuando los amantes se encuentran sexualmente comienza la pasión que se enciende de manera acalorada haciéndose cada vez más fuerte, caliente, subiendo en temperatura apasionada, embebida de movimientos potentes; pero luego en determinado punto llegamos a una especie de "puerta" en la que la energía del encuentro empieza poco a poco a enfriarse percibiéndose como si se necesitara parar de alguna manera el ritmo que hasta ahora venía subiendo y subiendo
LEER MÁS...