Al resaltar tus pechos su mansedumbre
ofreciéndome tu hombro de sollozo
me sujeté a tu cintura hembra sin escollo
y vi tus pétalos de punta y seno. De farola y lumbre.
Recostado apoyé mi sien atormentada de luto
y sin esfuerzo hormiguearon mis dedos de calla.
Ambicioné penetrarte sin bélica batalla
y mi corazón de entrepierna irrigó su fruto.
Trasvaso la mensura de tu peso de arcilla
al beso descorrido del telón de tu cabello.
Libado sudor de níveo alba y camino transitado.
Dando mis crines de potro y surco bello
La evaluada hora de la uva y su semilla,
de cuello y boca mujer, de ardor fusionado.