Si a la altura de los años me preguntarán por qué hice una Boda, debo confesar que fue necesario y justo. En los preparativos del encuentro familiar, no faltaron los detalles tradicionales y hermosos. Hoy ya no vivo con aquella pareja, pero me quedan gratos sabores de los momentos vividos, incansables en una memoria que envejece pero no muere. www.kondiferencia.es