En soledad conecta los largos e impersonales monólogos que sostenemos los humanos. Colapsa con confesiones, peleas, declaraciones trascendentales, ofensas y defensas. Se lo utiliza para hacer catarsis, verter información de distinta índole, verdadera, falsa, errónea. Tan sólo palabras.
¿Qué más da? Son sólo palabras, cosas escritas desde el anonimato. Sólo cosas entre nosotros, nuestro teclado y él. Somos seres anónimos, con nombres supuestos, o en mitades, sin identidades plenas. Todo puede decirse, y decirse como sea, cuando sea y a quien sea. Sólo somos nosotros y él preservando nuestra identidad, guardando nuestro aparente secreto, que compartimos con el mundo.
Tal vez podríamos darle ese rango por ella abandonado, por lenta y obsoleta. En esta era de las comunicaciones sobreabundantes y superfluas, él ha pasado a ocupar su lugar, el de la paloma mensajera. Pero él vuela raudo, kilómetros y kilómetros llevando un mensaje sin esperar respuesta.
No hay caras, ni voces, ni imágenes, ni intercambio de ningún tipo, todo es unilateralidad. Es un mundo construído por palabras únicamente, no importa que sean buenas, malas, amables o hirientes, eso es lo de menos. Lo importante no es lo que se dice, ni como se dice, ni a quien se dice, lo importante es decirlo y que todos lo sepan.
Ser el primero y ser el último. Ver lo que otros dicen y a quien se lo dicen, no importa a quien se dice. Todo se toma como propio. Lo importante es seguirlos, tener lo que ellos dicen, esparcirlo y repetirlo, sin importar lo que contienen esos dichos. Lo importante es tomar su lugar, ser otros por un rato, hablar con sus palabras y transmitirlas. Lo importante es ser el dicente de sus dichos, su continente, aunque sea solo por una fracción de segundo. Ser su descubridor, los primeros ojos que los vieron, el primero que apretó el botón y lo lanzo nuevamente al mundo, para que más gente lo vea y lo siga esparciendo por el planeta.
La verdad es que de todas las redes sociales la que menos entiendo es Twitter, se usa para todo, por todos. Lo raro es que no hay comunicación a menos que quien twittee sea tu contacto, por que si no es tu contacto o es un contacto de tu contacto ni te enteras que dijo. Es raro, puede ser muy privado, o totalmente publico.
Alli vierten sus expresiones más disímiles, sus disgustos, sus peleas, sus reconciliaciones, dan información sensible sobre sus vidas. Se exponen como en una vidriera de palabras. Se preocupan por sus seguidores, los cuentan, los disputan, los ganan, los atraen y los distraen.
El pienso luego twitteo esta a la orden del día. No que no termino de entender es si twittean lo que piensan, o piensan lo que twittean, o twittean para pensar o piensan para twittear.
Y lo más raro es que es la preferida de los políticos y las vedetongas en ascenso o en franca decadencia. Twitter los hermana, los iguala, los difunde y los confunde. Sí, creo que es eso, que los confunde.
Besooo.
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