Hace 42 años, en un día como hoy, el Hombre pisó por primera vez la superficie lunar. Y lo mejor fué que lo vimos desde nuestras casas, en aquellos televisores blanco y negro sin control remoto, y a veces sin esas perillas que tenían para cambiar los canales, acompasados por ese sonido característico tuc, tuc, tuc y así sucesivamente hasta que llegábamos al canal que queríamos. En realidad tampoco eran tantos los canales, ni se cambiaban tan frecuentemente porque daba bastante fiaca levantarse, o bien por que la antena no los captaba.
Veíamos a los astronautas en tiempo real, aunque en esa época se decía "en vivo y en directo", en el mismo momento en el que estaba pasando. Estábamos asistiendo a un hecho histórico, trascendental, veíamos por nuestras pantallas borrosas a hombres que no estaban en este planeta.
Seguíamos con atención suprema todos y cada uno de los detalles que se producían fuera de este mundo, extasiados, atónitos, azorados por la sola idea. Nos emocionamos con cada paso, cada movimiento y cada palabra que se decía.
Fue un quiebre, un antes y un después, el mayor avance científico que se había producido hasta el momento. "Un pequeño paso para el hombre y un gran paso para la humanidad".
Claro, no faltaron los malos intencionados con sus opiniones ponzoñosas y conspirativas sosteniendo que la llegada a la Luna no fue real, sino una ficción, un montaje hecho en un estudio de televisión. Yo prefiero creer que el hombre salió de este mundo y pisó la Luna.
Hoy también es el día del amigo, y no por casualidad, sino por una iniciativa de Enrique Febbraro, argentino. El sostuvo que el 20 de julio debía establecerse como Día Internacional del Amigo porque: "habíamos estado todos pendientes de la suerte de los astronautas, fuimos sus amigos y ellos, amigos del universo".
Por eso les deseo un feliz día a aquellos que tengan un amigo, o un millón. A aquellos que tengan amigos reales, virtuales o imaginarios. A aquellos que tengan amigos del trabajo, del colegio, del café, del colectivo, del barrio o, como los califica mi mamá amigos de chau. A aquellos que conservan sus amigos desde la infancia. A aquellos que suman amigos cada día.
No importa si son muchos, o pocos, lo importante es que lo sean, que estén para vos y vos para ellos. Al final, o al principio, es lo único que cuenta.
¡¡¡QUE TENGAN TODOS UN MUY FELIZ DÍA!!!