interminables paginas históricas
abren su ojo a la poesía/.
El ojo
cosecha su palabra/
La boca enmudece
cuando lee
la mirada/
Los ojos
meditan,
reflexiona
la palabra
y piensan las sienes
el encuentro
de la idea germinada
en su poético cuerpo/
Se ocluyen
los párpados
al pulsar el corazón
su próximo latido/
El alma
estremece sus cejas
y los sentidos
abren sus libres dogmas
como
una suave piel marina de placeres
donde nadan los ojos
al agua mágica de la poesía.