Esta ciudad de calles estrechas, en la que viven unas sesenta mil personas, se halla en el corazón de la Toscana.
Tras soportar la muchedumbre turística de Florencia, las largas colas para entrar en los Uffizi y en la Accademia, y los ruidosos autobuses y vespinos por las estrechas calles, la visita de Siena es un gozo bendito. Todo su casco histórico es totalmente peatonal, perfecto para deambular y extasiarse ante su preservado ambiente de ciudad medieval. Es ésta la ciudad más armónica y bella de Toscana; un arrebatador conjunto de palacios y torres moldeados en el color ocre cálido de la tierra circundante, el color «siena».
Si Florencia es la orgullosa e intelectual ciudad del Renacimiento, Siena es la apasionada y popular ciudad del gótico. Sus rivalidades llenaron durante siglos la historia, hasta que la gran epidemia de peste negra de 1348 y su entrega por Carlos V al duque Cosimo de Florencia sellaron la decadencia de Siena.