la zona de las potras rojas
donde resumen su sed de botella
sus armadas glándulas
y las superficies ondulantes de curvas
secuestraron mis ojos hipnóticos en revés,
como un puente de ensueño en Budapest/
Enlodaron hasta mis pestañas
las feromonas,
cuando mi ebrio paso
seguía la huella de la hormona y
el ardor rugía entre los muslos
como vivo dragón
alejado de los dados de la fortuna/
Ocurre que no era fuego de artificio
ni excusa, ni mi mano racimo
de apagada pirotecnia/
Pero hoy sé de tu amor...
Por él voto la abstinencia variada
en mi cuello de bufanda acariciada/
Pudo mas tu corazón
que mis adictos pies de hacienda blanda/
Mis manos comprimieron sus bolsillos
reemplazando todo instinto bestial
por tu amor de realeza/
De tus erguidos pies a tu boca en bramido
soy el noctuno clavel genital
que conjuga su rayo con tu estallido/
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