Corta la manzana en 6 partes iguales (gajos), quítale la parte central de las semillas y colócalas con su cáscara en una ollita con agua hasta que las cubra (aproximadamente ½ litro). De ser necesario agregar más agua
Déjalas en el fuego hasta que se pongan tiernas, luego retíralas del fuego, las manzanas estarán cocidas pero firmes, por lo que podrás desprender fácilmente la cáscara de la pulpa.
La pulpa debes pasarla por el procesador con la ayuda del líquido de cocción para lograr la textura adecuada para el bebé, mientras más pequeño el bebé deberás mantenerla más tiempo en el procesador, a manera que tu hijo vaya creciendo podrá tener una textura menos pareja hasta que puedas hacerla simplemente aplastando la pulpa con un tenedor.