Paso 1: Escurrir el bacalao puesto en remojo el día anterior, al cual se le ha debido de ir cambiando el agua.
Paso 2: Poner agua a hervir y escaldar brevemente el pescado para poder quitarle bien la piel, las espinas y trocearlo.
Paso 3: Freír en aceite las cebollas bien picaditas y, antes de que se doren, añadirles el tomate y el perejil, también bien picados. Salpimentar muy levemente en el caso de la sal porque luego el bacalao es muy salado.
Paso 4: Pasar el sofrito de tomate por el chino o la batidora.
Paso 5: Por otro lado, se machacan bien los ajos y se sofríen en aceite, en una cazuela de barro.
Paso 6: Incorporar el pescado y, antes de que tome color, agregar la salsa de tomate. Dejar cocinarse unos minutos, añadiendo agua si redujera demasiado líquido.