Mi sobrino cumple el martes que viene seis años y yo estoy deseando comprarle un regalo. Siempre lo he dicho: yo no he nacido para ser madre (con cuarenta y ocho años no tengo ningún hijo y no es algo de lo que me arrepienta en absoluto), pero sí para ser la "tía guay". Además, me pega; porque mi hermana, que irónicamente es mi melliza, es la clásica mujer responsable, seria e inflexible en alguna que otra ocasión, pero yo soy todo lo contrario: un poco impulsiva, muy risueña y, en fin, en gusta tomarme la vida con humor. La relación que tengo con el pequeño es muy buena y querría que siguiera siendo así.
El problema reside en el tema de enviar paquete a Palma de Mallorca, porque es ahí donde vive mi hermana, con mi sobrino y con su novio. No estoy en absoluto acostumbrada a enviar cosas por internet; creo que se puede deducir por lo anterior que mi carácter no es precisamente el de una persona paciente, así que imagínense si encima tengo que preocuparme de enviar un paquete. Todo ese asunto de tener que informarse cómo lo puedo empaquetar mejor, cuáles son las tarifas de envío, cuál es la oficina que me queda más cerca de casa, etc. son una soberana pérdida de tiempo, a mi juicio.
Pero qué se le va a hacer: o me informo o mi sobrino se queda sin regalo; porque lo que sé con seguridad es que no pienso viajar solo para darle un regalo: yo quiero quedarme aquó (además, no me llevo bien con mi cuñado). Sacaré fuerzas de flaqueza, pues, tanto para seleccionar el regalo adecuado como para saber cómo es eso de enviar paquetes. Otra cosa es que el regalo le guste al niño, pero yo creo que sí: somos almas gemelas y sé intuir qué le entusiasma.