Primeramente, quiero darte las gracias por todo lo que me has dado; por tu compañía, tu apoyo, tu comprensión y presencia. Por brindarme la oportunidad de tener a mi lado a alguien como tú, alguien en quien confiar, con quien divertirme y con quién soñar.
Te pido perdón por todo lo que yo haya podido hacerte, por no ser tan buen amigo como tú; por haber faltado alguna vez en lealtad, ayuda, compr
ensión o apoyo. En verdad me arrepiento de todos los errores que hayan mermado mucho o poco nuestra amistad. Puedes tener certeza de que fueron errores inconscientes.
Tú siempre fuiste algo importante y especial para mí y lo sigues siendo. Formas parte de mi vida, de mis pensamientos, sentimientos, decisiones y emociones...
Mi cariño por ti es muy grande, y además has sabido ganártelo a pulso con tu especial forma de ser y de entregar tu amistad. Por eso, no a cualquiera le hago llamar "mi amiga" o la quiero como tal y sé que de alguna manera tú tampoco lo haces.
No debiera quedarte duda alguna de lo mucho que significas para mí, ni de tu lugar en mi ser.
Tal vez algunas veces ocultes tus sentimientos por temor al rechazo o a no ser correspondida o escuchada. Sin embargo, sé que conmigo al igual que con todos los demás, eres sincera y con las mejores intenciones de no lastimar a nadie.
Hemos pasado por tantas cosas juntos, buenas y malas, que ya nos conocemos perfectamente. Por eso nuestra amistad crece y se hace más fuerte día con día al igual que nuestra unión... ¡Cuánta alegría me da que así sea!
Espero que si cambias, sea con plena convicción y siempre para tu bien, aunque sabes que tienes al menos mi aceptación y apoyo... no te dejes vencer por los sufrimientos quienes también te harán cambiar y de ti dependerá hacia donde te lleva ese cambio.
Te quiero y quiero que seas muy feliz porque lo mereces, si deseas que comparta no sólo esa felicidad contigo, sino todos los instantes de tu vida; aquí estoy y aquí estaré siempre. Tú lo sabes.
No me despido,
pues aquí estaré siempre; contigo...